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LIBROS DE ENSEÑANZA |
LA ILIADA |
Las dos epopeyas narran hechos legendarios que supuestamente ocurrieron muchos siglos antes de la época en que fueron escritas.
La Iliada se sitúa en el último año de la guerra de Troya, que constituye el telón de fondo de su trama. Narra la historia de la cólera del héroe griego Aquiles. Insultado por su comandante en jefe, Agamenón, el joven guerrero Aquiles se retira de la batalla, abandonando a su suerte a sus compatriotas griegos, que sufren terribles derrotas a manos de los troyanos. Aquiles rechaza todos los intentos de reconciliación por parte de los griegos, aunque finalmente cede en cierto modo al permitir a su compañero Patroclo ponerse a la cabeza de sus tropas. Patroclo muere en el combate, y Aquiles, presa de furia y rencor, dirige su odio hacia los troyanos, a cuyo líder, Héctor (hijo del rey Príamo), derrota en combate singular.
El poema concluye cuando Aquiles entrega el cadáver de Héctor a Príamo, para que éste lo entierre, reconociendo así cierta afinidad con el rey troyano, puesto que ambos deben enfrentarse a la tragedia de la muerte y el luto.
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LA ODISEA |
La Odisea narra el regreso del héroe griego Odiseo (Ulises en la tradición latina) de la guerra de Troya. En las escenas iniciales se relata el desorden en que ha quedado sumida la casa de Odiseo tras su larga ausencia. Un grupo de pretendientes de su esposa Penélope está acabando con sus propiedades. A continuación, la historia se centra en el propio héroe.
El relato abarca sus diez años de viajes, en el curso de los cuales se enfrenta a diversos peligros, como el cíclope devorador de hombres, Polifemo, y a amenazas tan sutiles como la que representa la diosa Calipso, que le promete la inmortalidad si renuncia a volver a casa.
La segunda mitad del poema comienza con la llegada de Odiseo a su isla natal, Ítaca. Aquí, haciendo gala de una sangre fría y una paciencia infinitas, pone a prueba la lealtad de sus sirvientes, trama y lleva a efecto una sangrienta venganza contra los pretendientes de Penélope, y se reúne de nuevo con su hijo, su esposa y su anciano padre.
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LAS EDDAS |
Entre los más significativos ejemplos de la primitiva literatura islandesa se encuentran las Eddas y la poesía escáldica.
El término Edda tiene un origen incierto, pues podría derivar de la palabra edda (gran abuela), procedente de la antigua lengua nórdica o, lo que parece más probable, referirse a Oddi, una importante sede cultural del sur de la isla, en la que residieron Saemund Sigfússon, un cultivado clérigo que, al parecer, fue el recopilador de una de las Eddas, y Snorri Sturluson, que escribió la otra.
Es también posible que derive del término nórdico antiguo óthr (poesía). En todo caso, la palabra se utiliza para designar dos conocidísimas colecciones de literatura islandesa. La Edda poética o Edda mayor (siglos IX-XII) se le atribuye a Saemund el Sabio y es un conjunto de más de 30 poemas que versan sobre dioses germánicos y nórdicos y de héroes, en especial de Sigurd, la versión islandesa del Sigfrido germánico que aparece en el Cantar de los nibelungos.
Algunos de estos poemas pudieron haber sido escritos fuera de Islandia, pero, con más probabilidad, fueron escritos en la isla durante el siglo XII. La segunda es Edda prosaica o Edda menor (siglo XIII) es obra de Snorri Sturluson y contiene cuentos relacionados con la mitología escandinava, por lo cual constituye una fuente de primer orden para llevar a cabo estudios sobre ella. Otras secciones de la Edda prosaica resultan interesantes guías a la hora de conocer la métrica y la dicción poéticas.
La poesía escáldica, compuesta entre los siglos IX y XIII, se escribió para honrar a nobles, alabar el amor y satirizar o conmemorar acontecimientos de la época. Sus versos no son tan libres como los de las Eddas, sino que poseen una estructura estrictamente silábica y se caracterizan por el uso de complejas perífrasis que, en algunas ocasiones, crean bellas metáforas pero que, en otras, dan a la poesía escáldica un aspecto enredado, casi de acertijo.
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